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Editorial

 

Saldando viejas deudas, afirmando nuevos caminos (*)

Todo proyecto serio y con ansias y vocación de perdurar, requiere de un tiempo generoso y paciente de maduración y crecimiento, de capullos diversos que tejan -en diferentes lugares, en distintos momentos- retazos confluentes hacia el ovillo de seda común. STUDIA POLITICAE es un añorado proyecto de la comunidad académica de esta Casa, y tiene una afirmativa vocación de largo aliento.

Luego de la presentación en sociedad que significó el número de la primavera / verano 2003, con este segundo volumen con el que abrimos el segundo año de vida de la revista institucional de ciencia política y relaciones internacionales, comenzamos a transitar los peldaños de las "cuentas largas" de este proyecto, a un tiempo tan nuevo y con la antigüedad y persistencia de los sueños tenaces.

Es un placer para nosotros presentarlo. Y la utilización del plural no es aquí un accidente retórico. Hemos sido muchos los que -como aquellos tejedores de hilos de la seda- fuimos aportando en otras épocas y a través de los años, para que este instrumento de diálogo y discusión académica, con más de 200 páginas de propuestas, críticas, reflexiones, comentarios y búsquedas, esté en vuestras manos hoy.

Nuestra Universidad acaba de celebrar, en estos días, el 48 aniversario de su creación, colocando una piedra fundacional al impresionante edificio de la nueva biblioteca universitaria. En la piedra está escrito el nombre de Jean Sonet. Fue precisamente aquel jesuita tesonero, soñador y pragmático a un tiempo, el responsable de las primeras iniciativas editoriales en las nuevas aulas. Eran los últimos sesenta: había mucho para decir, y muchas ganas de decirlo. Las "Actas Científicas" de aquellos años recogieron ese ímpetu.

Luego, preñados de dolores, ausencias repentinas, y desconcierto, hubo poco espacio -histórico, intelectual, moral- para palabras críticas y letras cuestionadoras. "Duró la tormenta / hasta entrados los años ´80", dice Sabina, y los proyectos de difusión común de pensamiento académico debieron esperar hasta entonces.

Otro capullo tejió su hebra -esta vez, desde la iniciativa estudiantil- y surgió "Confluencia", un periódico hecho a pulmón (aún la era comunicacional, con sus procesadores de texto y sus infinitos softs de diseño editorial, no había llegado a simplificarnos el paisaje): escribíamos a mano, tipeábamos en olivettis y remingtons, cortábamos tirillas línea a línea, armábamos páginas con goma y stiko. Pero habían vuelto las ganas de escribir, recuperábamos la necesidad de dialogar desde el papel. Este proyecto tuvo dos características no previstas en sus inicios: trascendió el ámbito estudiantil, comenzando a recibir colaboraciones de profesores, investigadores, autoridades académicas, (algunos de aquellos articulistas de hace veinte años están esta noche sentados en esta sala...) En segundo lugar, "Confluencia" arraigó en el espacio creado, y permaneció inusualmente en él, durante varias promociones de alumnos de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales.

Hubo otros tejedores después, con menor o mayor fortuna.

Hoy, es la propia Facultad la que asume la titularidad de la iniciativa, y pone a disposición de la comunidad académica un canal de expresión abierto y plural, imbuído de la filosofía del quehacer científico riguroso, de la conciencia crítica y responsable, y del compromiso generoso con los "otros" del mundo, que define a nuestra Casa.

Las líneas directrices de estos cuadernos de política nacional e internacional generados en el interior de la República Argentina, son los que ha esbozado recién el Señor Decano, y que editorializan el número presentación. Yo simplemente quiero remarcar, aquí, el carácter abierto y democrático de las conversaciones de las que estas páginas se proponen ser el sustento. Las colaboraciones, provenientes desde los más diversos ángulos del espectro y del abanico del pensamiento, serán bienvenidas: los antiguos capullos tejedores no han hilado en vano, hemos aprehendido la necesidad de leernos y escucharnos, sin condenas apriorísticas.

Es la nuestra una apuesta alta, y de largo aliento, en un momento como éste, no precisamente donde los proyectos ambiciosos rompen el saco. Por ello, quiero expresamente dejar constancia -nobleza obliga- del apoyo sin fisuras recibido por STUDIA POLITICAE de parte de las autoridades académicas de la Universidad Católica de Córdoba: de su Rector, Miguel Petty, maestro convencido de que el cultivo de las ciencias sociales pasa indefectiblemente por el diálogo interdisciplinario, al que nuestra revista estará dedicado. Al Decano, Mario Riorda, que ubicó el lanzamiento de esta publicación entre las prioridades estratégicas de su gestión académica en la Facultad, desde los primeros momentos. A Sofía Conrero, que me acompaña desde la Secretaría de Redacción de la revista, y que ha revelado una capacidad organizativa tan destacable. A los estimados colegas del Consejo de Profesores de la Facultad, que -junto a académicos especialmente invitados en cada número- conforman el Comité Editorial, responsables de emitir un juicio de referato sobre el material a editar, función de arbitraje que apunta a lograr y mantener un alto nivel de excelencia en nuestras páginas.

Y a los queridos amigos, profesores e investigadores que, desde diferentes escuelas del mundo, nos acompañan en esta empresa: Eusebio Mujal León, que desde Georgetown impulsa emprendimientos conjuntos con nuerstra Facultad; Arturo Fernández, desde la UBA; Ismael Crespo, de la Universidad de Murcia, reciente huésped -como presidente de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, de España- de nuestros claustros; la tan sólida figura intelectual del padre Jean-Yves Calvez, desde Paris; Olga Aikin, del ITESO de México; y José María Gomes, de la Católica de Río, en Brasil; nuestra compatriota Nora Sainz Gsell, Vice-Decana de la Facultad de Ciencias Políticas de la Autónoma de Barcelona; y Marcelo Cavarozzi, en la Universidad Nacional de San Martín; dos egresados de nuestra Facultad: Fabián Pressaco, hoy Director del Magister en Estudios Sociales y Políticos, en la Universidad Alberto Hurtado; y Daniel Zovatto, en el Instituto IDEA, de Costa Rica; el profesor David Howarth, en Essex; y Susan Stokes, en la Chicago University; y el estimado profesor Carles Ramió, desde la barcelonina Universitat Pompeu Fabra.

Este Comité Académico es una de las bazas más firmes en esta búsqueda por una alta calidad de los trabajos recogidos en STUDIA POLITICAE, y un servicio cierto a la producción intelectual en el campo de la ciencia política y las relaciones internacionales.

(*) El presente Editorial recoge, en parte, el contenido del discurso de presentración de STUDIA POLITICAE, en el Auditorio del Campus de la Universidad Católica de Córdoba, el 21 de abril de 2004.

N-G. S.
Córdoba, junio 2004

 

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