En Compañía. Una historia fascinante y todo un camino por delante


Tradicionalmente, en la Universidad celebramos en octubre el "Mes Ignaciano" porque es el mes en que San Ignacio de Loyola, el fundador de la Compañìa de Jesús, comenzó sus estudios universitarios.

Llegar a la Universidad fue, para Ignacio, un paso fundamental en su experiencia vital. No sólo por los conocimientos que allí adquirió, sino también por otras tres riquezas encontradas de gran impacto para su proceso vital:

 La amistad

Fue allí donde conoció a San Francisco Javier y a Pedro Fabro, con quienes establecería un vínculo de amistad muy profundo. Con ellos, años más tarde, Ignacio fundaría la Compañìa de Jesús y en este nombre había mucho de la experiencia de reconocerse y hacerse compañeros.

 Aprender con conciencia de servicio

Ignacio decidió entrar en la Universidad para tener más recursos y conocimientos a la hora de compartir su experiencia espiritual y ayudar a otros a encontrarse con Dios, y junto a otros transformar el mundo. Ignacio quiso empezar sus estudios para "ser más para los demás".

 Nunca es tarde para perseguir un profundo deseo

Ignacio empezó a estudiar de grande (alrededor de los 30 años) y hay anécdotas muy entretenidas de él aprendiendo latín en la misma clase que niños de corta edad.

Estas fueron cosas que San Ignacio fue compartiendo con compañeros

El compromiso con la educación fue algo que caracterizó a los jesuitas desde la fundación de la Orden. De hecho, muchas de las Universidades y colegios más antiguos del mundo pertenecen o pertenecieron a la Compañía de Jesús. Sin embargo, los jesuitas fueron también entendiendo que la educación no pasaba sólo por transmitir conocimientos sino también, por formar personas de manera integral que pudieran insertarse en el mundo para comprometer su vida con él.

En la educación universitaria jesuita existen cuatro dimensiones que inspiran su identidad y misión de la educación:

 Utilidad: a disposición al servicio y la pasión por el mayor bien posible (utilitas);

 Humanidad: el respeto y la aceptación de las personas y diversidad de grupos (humanitas);

 Justicia: el compromiso con el bien común, cuidando especialmente a los más vulnerables y al ambiente de nuestra casa común (iustitia);

 Fe: la defensa de la trascendencia de la persona, de su apertura espiritual y la tolerancia ante las creencias y convicciones (fides).

Esta es la experiencia y el espíritu que Ignacio compartió con sus compañeros y que nosotros hemos querido compartir a lo largo de este "Mes Ignaciano" que estamos terminando.

Sin embargo, y a pesar de que el mes ya termina, este camino recién comienza; y queremos pararnos en la línea de salida con el deseo de conocer más para comprometernos mejor y con obras concretas. AUSJAL se ha generado diversos espacios desde donde interiorizarse, acercarse y trabajar por diversas realidades en el contexto de la Pandemia del Covid-19. ¿Te gustaría saber más? Hacé click aquí.

Y miramos al horizonte con deseos de seguir caminando y tejiendo esta aventura de ser red; confiando y creyendo que, a través de ella, podremos contribuir con la construcción de un mundo más justo.



Impresión generada el día 26/04/2024 01:22hs. desde el Portal Web de la
Universidad Católica de Córdoba
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