Publicado el 20-02-2024 en UCC

“Algo tan pequeño puso al mundo patas arriba”

Entrevistamos a Viviana Ré, egresada UCC y una de las virólogas reconocidas por su protagonismo en la toma de decisiones durante la pandemia.

Viviana nació en la ciudad de Río Segundo, se graduó de nuestra carrera de Bioquímica, hizo su doctorado y posdoctorado en la UNC, con beca del Conicet, y hoy es investigadora independiente en esa institución. Lleva adelante sus proyectos en el Instituto de Virología-FCM-UNC y es docente de la cátedra que aborda esta temática en nuestra Universidad.

Se dedica a la genética o biología molecular de los virus y en particular al estudio de sus variantes, su especialidad son los virus productores de hepatitis. En la pandemia fue convocada junto a otros investigadores y asesoró al Gobierno provincial para la toma de decisiones en relación con políticas públicas. “Se generaron medidas de salud pública en base a evidencias científicas que no es lo que comúnmente ocurre”, destaca Viviana.

El año pasado fue reconocida por la Secretaría de Ciencia y Tecnología de Córdoba por su rol como Mujer en ciencia.

“Lo apasionante en esta área es que los virus no se ven, porque miden en el orden de los nanómetros que es una cifra que tiene nueve ceros antes del uno. En un glóbulo rojo entran alrededor de cien virus, es tan pequeño que, a no ser que dispongas de un microscopio electrónico, no lo podés ver. Entonces las determinaciones que hacemos en el laboratorio son todas indirectas, son señales de su presencia, ves un color, una banda”, explica.

“Es increíble que algo tan pequeño provoque una pandemia que puso al mundo patas arriba, dice. Nosotros estudiamos el genoma que está dentro de esa partícula tan pequeña y podemos saber cómo está conformado. Para mí es casi como estudiar las estrellas”.

¿Cómo te acercaste a este campo de estudio?

Yo quería estudiar genética, pero en ese momento la opción era hacerlo en Misiones, y era muy complicado para mi familia. Empecé Medicina y después opté por la Bioquímica en la que tuve un docente, Osvaldo Elbarcha, que nos hizo ver que la virología era algo nuevo y poco conocido. Hoy ambos somos docentes de esa misma cátedra en nuestra Universidad. Particularmente en esto, la carrera de la UCC fue realmente innovadora porque la materia no existía en otros planes de estudio de Bioquímica del país. Todo eso se valoró recién después de la pandemia.

¿Cómo te convocaron en la pandemia y cuál era tu función?

Los virólogos somos pocos y trabajamos siempre en colaboración. En la pandemia la exministra de salud Gabriela Barbás, que es viróloga y profesora también de la Católica, convocó a un equipo de investigadores para colaborar y asesorar al Ministerio. Trabajamos muchísimo, pero lo bueno es que, las evidencias científicas fueron usadas para la toma de medidas en salud pública, un hecho inédito. Creo que eso debería replicarse. En particular, me especialicé en la detección de las variantes del virus, que se realiza con la técnica tan conocida como PCR.

¿Por qué se estudian las variantes?

Porque los virus van mutando con el paso del tiempo, algunos más rápido y otros no tanto. En esas mutaciones generan cambios puntuales en sus genomas que pueden traducirse en más virulencia, transmisibilidad y/o cambios en la respuesta a los tratamientos o vacunas. Sería algo similar a las bacterias que se hacen resistentes a los antibióticos.

Lo que hacemos es extraer el genoma del virus, secuenciarlo y por bioinformática analizamos cómo está conformado el ARN o ADN que posee cuatro letras (nucleótidos) que van cambiando a medida que los virus van replicando. Sería algo así como dilucidar un pentagrama que está compuesto por siete notas musicales y, según van cambiando, se generan diferentes melodías. Nosotros leemos las cuatro letras del genoma y podemos conocer las características moleculares de un virus. Con esos datos uno puede adelantarse a un brote, o aumento de casos para preparar el sistema de salud. Por ejemplo, cuando comenzaron a administrarse las vacunas aparecían nuevas variantes que cambiaban el genoma y ocasionalmente, podrían haber generado que la vacuna dejara de ser efectiva.

La actualización era constante. También tuvimos que ir cambiando las técnicas de detección, probando nuevas, contra reloj, había que estar preparado para poder detectar las próximas mutaciones que se iban evidenciando en otras partes del mundo.

¿Estamos en riesgo de nuevas pandemias?

Estamos todo el tiempo en riesgo de que los virus muten porque en su replicación van cambiando. Muchos tienen la capacidad de infectar diferentes especies animales y esos saltos de especies favorecen los cambios. Un buen virus es el que logra perpetuarse en la naturaleza, por lo tanto, mientras más huéspedes pueda infectar y permanecer replicándose y volviendo a infectar, es mejor. Por eso los virus que evolucionan en ese aspecto, con un gran rango de especies que los hospedan, como los respiratorios (el Sars, el virus Influenza), son virus candidatos a mutar y generar estructuras nuevas, combinando genomas de diferentes especies, y por eso han sido los actores principales de varias pandemias y epidemias a lo largo del tiempo. Cuando esos saltos y recombinaciones logran generar un virus nuevo para el que no tenemos anticuerpos, las personas no nos podemos defender.

De la UCC, ¿qué te llevás en especial?

Fue un ámbito cálido para el estudio, con mucha contención, y formación realmente personalizada, lo cual es muy valorable. La UCC es un lugar distendido y cómodo para propiciar el estudio a quien quiera aprovecharlo. La posibilidad de tener material individual disponible en el laboratorio en estas carreras prácticas, tan técnicas, es muy importante para un mejor entrenamiento.